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                 * Cuando confío en que lo que nos mueve a todos en lo mejor, me comporto de forma serena, confiado, recogido, seguro y expectante. De forma que lo que nos parece una desviación, sólo representa parte de la experiencia de aprendizaje.

         * Hagamos lo que hagamos y nos comportemos como nos comportemos, hay movimientos por encima de nosotros que lo mueven. Y según sea nuestro origen, seremos movidos por unas energías u otras. Ambas a su vez, movidos por algo más grande que las abarca.

         * Confiar en lo que nos mueve hace que no nos adelantemos a él, ya que lo que el Espíritu piensa, siempre es llevado a cabo y por tanto, siempre llega a la meta. Asentir a eso que nos mueve, significa estar en sintonía con él. Es decir, movernos con él. Haciendo esto, traspasamos un límite impuesto por la conciencia de mi grupo o por grupos para mí importantes que me prohíben dar en mi alma un lugar a esos otros. De esta forma, lo que al principio me resultaba extraño o amenazante, ahora se convierte en una parte mía que me faltaba. Por tanto, si asiento a ellos como son, exactamente tal como son, también éstos entrarán en vibración conmigo, también serán una parte de mí y yo de ellos. Así, hasta que nuestro amor alcance y abarque a todos, incluyéndonos a nosotros mismos.

         * El amor es lo que más nos purifica. Nos limpia de nuestros prejuicios y de cualquier juicio de valor o diferenciación, con benevolencia.

         * Mirar al otro con amor no significa imitar su comportamiento o ser como el otro, sino asentir al otro como es y sentir que somos como él. Así, me enriquezco y soy más de lo que era antes.

         * Esta sabiduría proviene de aceptar las vibraciones de los vínculos con los que entramos en contacto, sin otorgarles ningún poder sobre mi propio vibración o movimiento. Tampoco ejerzo sobre los otros ningún poder para convertirles en serviles conmigo. Ellos se hayan libres de mi y yo me hallo libre de ellos.

         * Les deseamos lo mejor, con amor. Así, aunque estemos separados, nos sentimos unidos en el interior. Nos liberamos de las heridas espirituales.

         * Así, entramos en lo que Bert Hellinger llama la “noche oscura del alma”, dejando nuestras ilusiones, opiniones y propósitos de cómo deberían de ser las cosas. En ese momento, nos sentimos guiados por algo que nos abarca de forma amorosa, de una manera especial. Así, sanamos y nos purificamos.

         * Cada uno camina su propio camino, nos movemos hacia algo que conjuntamente nos pone en movimiento y a lo cual, juntos servimos.

         * Quien sigue los movimientos del espíritu, no puede rechazar ni ser rechazado. Tampoco se interpone en el camino de nadie. Ama y es amado pero, a veces a distancia, como lo permitan y quieran los movimientos que nos abarcan.

         * Visto de esta forma, el llanto sólo es válido cuando con él dejamos partir al otro allá donde lo lleva su destino…. es como un adiós. Así, nos vinculamos con los grandes poderes que velan por su destino y el nuestro. Ante estos poderes, junto con aquellos a los que lloramos, nos hacemos uno.
Este llanto, es diferente del que vertemos por nosotros mismos, ya que nos separa más que unirnos. También hay lágrimas de alegría ante un reencuentro largamente anhelado. También entonces lloramos con amor.

         * Si a esto, le añadimos la GRATITUD, es decir, reconocemos lo que el otro nos da y significa para nosotros…. entonces, adquiere particular belleza y profundidad. Sin embargo, agradecer excesivamente hace que nos interpongamos entre él y las fuerzas que le sostienen. Este agradecimiento separa, en lugar de unir. El agradecimiento más hermoso es la alegría por el otro y por lo que mutuamente nos regalamos. Este agradecimiento se manifiesta en el resplendor de nuestras caras cuando tomamos y damos. Esto une de una manera especial, puesto que en él reconocemos al mismo tiempo lo nuestro.

         * Los movimientos que nos abarcan y nos mueven, nos llegan como si fueran especialmente para nosotros, para nuestra persona. Y también tienen esta sensación los demás con respecto a lo que ocurre en sus vidas.

         * Servimos a alguien cuando promovemos en él lo que le hace bien y lo que sirve a la realización de su destino y vocación. Este servir también puede ser lo contrario de lo que deseamos. Es decir, hay algo que se sirve de cada uno de nosotros para que sirvamos a una causa grande y amplia, que puede coincidir con nuestros deseos o no. Y también, los demás están al servicio de este movimiento y, a través de él, a nuestro servicio. Por tanto, rebasa nuestros intereses personales y los de los demás. Así, los demás también nos sirven a nosotros, donde aparentemente nos perjudican. Todos estamos al servicio del  AMOR. Es decir, ningún movimientos es falso. Lo que si puede darse es que nosotros perdamos la sintonía con el amor y suframos las consecuencias. Esto, nos permitirá tomar precauciones en un futuro y nos aleccionará a todos. Por tanto, todo lo que está en sintonía con el amor, es sanador.

         * Asentir al otro tal como es, lo hace vibrar tal como es. Para amarle no es importante si vibra conmigo de la misma forma, porque quizás pertenece a su existir que vibre más con otro que conmigo. Existir significa “vibrar con” y por tanto, una existencia plena significa vibrar con todo tal como es. Así, estamos en profunda consonancia con lo que mueve todo, soy capturado por su vibración, vibro con él y con él estoy en el amor. Y ese amor, nunca acaba.

         * Todo lo que existe, es necesario. Es decir, nada ni nadie existe sólo para sí mismo. Por tanto, nos necesitamos mutuamente. Cuanto más nos necesitamos, más íntima es la relación. A veces, sólo es una parte la que necesita al otro. Aún así, también es reciproco ya que le respondemos con amor.

         * El Amor Incondicional asiente a todo tal y como es. Nuestra alma y nuestro espíritu necesitan de este amor ya que sólo existimos plenamente con amor. Cuando abrimos nuestros ojos y nuestros demás sentidos a la belleza de la creación que nos rodea, el ASOMBRO no tiene fin. Con asombro nos movemos respetuosos, cuidadosos y amorosos… plenamente felices, siendo uno con el todo.

         * La elección correcta la reconocemos por sus consecuencias. A veces, una elección sólo es correcta por un tiempo y se vuelve incorrecta cuando tercamente seguimos aferrados a ella. Percibimos que la elección fue acertada cuando permanecemos en asentimiento, tranquilamente y también hayamos el apoyo que necesitamos para actuar de acuerdo con esa elección. También los otros se sienten recogidos y en asentimiento. Y ahí, se encuentra la FUERZA.

         Reconocemos que la elección fue errónea cuando nos ponemos ansiosos, queremos adelantarnos precipitadamente sin mirar el presente, ni advertir las señales o las consecuencias de nuestra elección.
La elección correcta trae consigo una bendición especial, porque ese elección está en sintonía con el amor incondicional que pone a disposición las fuerzas que necesitamos para llevarla a cabo. La elección correcta es resultado del recogimiento y es sostenida por él.

         * La VERDAD está al servicio de la vida y se muestra sobre todo en los hechos. Esta verdad tiene un efecto de especial felicidad cuando la reconocemos como un regalo.

         * Los Movimientos del Espíritu y del Amor Incondicional, no consiente dudas, ni miedo. Si nos comportamos en sintonía con él, por sus efectos, a veces no inmediatos, nos mostrará su autenticidad y sus resultados de largo alcance. Así, establecemos con todos los seres una relación pura y libre. Nos retiramos de las exigencias de los otros, sin importarnos lo que digan o me reprochen, hasta que la sintonía con el amor auténtico vuelva a ser prioritario.

         * A preguntas que sirven a la vida y al amor, recibimos de ese Espíritu, respuestas buenas y útiles. Y, además, debemos estar dispuestos para actuar conforme a esa respuesta. Pueden surgirnos más preguntas y recibimos más respuestas. Mediante ellas, crecemos en el amor.

         * Cuando cada uno permanece en su lugar, los nudos con otros destinos se desatan. La falta de claridad comienza cuando alguien se niega a ocupar su lugar y a afirmarlo ante otros (especialmente cuando a otro se le niega o discute su lugar). La claridad también se pierde por exigencias. EL AMOR VERDADERO RADICA EN LA CLARIDAD DE LOS LÍMETES. Podemos cruzar esos límites, sobre todo en el amor entre el hombre y la mujer, pero tan sólo por un corto espacio de tiempo. Después, ambos vuelven a su lugar. Los LÍMIETES crean un orden. El desorden se origina por no respetar los límites. Los opuestos generan límites. Por eso todo lo que se exagera, más tarde se vuelve su propio opuesto. Es por eso que respiramos aliviados cuando también lo bueno llega a un límite y ya no puede ser mantenido. Los opuestos también se fortalecen. Mediante ellos se afirma el lugar que le corresponde a cada uno. Saltarse los límites provoca la reacción de proporcionar la fuerza y energía necesarias para retirarse a sus límites. Poner límites permite afirmarse a sí mismo, frente al otro. Permaneciendo y realizándose dentro de nuestros límites, nos enriquecemos también mutuamente. Si los OPUESTOS se dejan en paz mutuamente porque respetan sus límites sin desear cambiarlos, ambos ceden. Se confunden y amenazan cada vez menos. Cuanto más reconocen y toleran sus diferencias, más cosas pueden compartir juntos, sin renunciar a sus límites. Cuando entramos en sintonía con los movimientos del espíritu, todo se convierte en ahora.

         * Los movimientos del Espíritu y del Amor Incondicional, son para cada cual algo único. Nos pone límites porque sus movimientos asienten a todos de la misma forma. Aún así, ¡Yo estoy aquí y tu estás ahí!, al declararlo, asentimos al otro tal y como es PORQUE OCUPA EL LUGAR CORRECTO y porque SE MUEVE HACIA EL DESTINO QUE HA SIDO DETERMINADO PARA ÉL. Así, mantenemos la distancia, con claridad en la relación.

         * ¿Qué ocurre cuando nos preocupamos por los otros y sus destinos? …. Nuestra relación con ellos, se vuelve difusa,… nos hacemos como ellos, sin estar con nosotros mismos. ¿Cómo regresamos a la claridad?. Dejamos a los demás en los movimientos del Espíritu y del Amor , tal y como él los mueve y como nos mueve a nosotros. Porque el Espíritu es CLARO para cada cual y ÚNICO.

         * Sintonizamos lentamente con los Movimientos del Espíritu, recogiéndonos, es decir, ralentizando interiormente nuestros pensamientos y movimientos, nos retraemos de lo que ocurre afuera y de todo lo que se nos está exigiendo en ese momento. De esta forma, lentamente nos vamos calmando, hasta que de pronto reconocemos lo esencial, lo que realmente importa. Por tanto, avanzar reflexivamente, significa avanzar lentamente, porque en la cautela se puede reflexionar al mismo tiempo sobre muchas cosas. Ya no puede molestar. Y la “revelación” llega muchas veces como un rayo, a veces, después de una lenta y larga espera. Y, a continuación, actuamos de forma CAUTELOSA y REFLEXIVA, porque las revelaciones se relacionan con mucho a la vez y las combina recíprocamente. Me protejo de la prisa cuando ASIENTO A TODO TAL Y COMO ES. El asentimiento es CAUTELOSAMENTE LENTO.

         * Integrar el opuesto o el “aparente opuesto”, significa incorporar. Así, me completo, es decir, lo añadido me completa y me hace pleno, a través del movimiento del Espíritu. Él nos atrapa a ambos y se inserta entre el otro y nosotros como si fuera una pieza intermedia. Esto exige práctica en el día a día. Unimos la sombra de nuestra luz con la luz de nuestra sombra, para ser llevados hacia el amor.

         * Nos entregamos a lo interminablemente nuevo, a interminables experiencias nuevas, a interminables nuevas visiones, pero sobre todo al amor interminable.

         * Las comprensiones profundas, son comunicados que vienen de afuera, del movimiento del Espíritu.

         * La inspiración es una fuerza espiritual que está en acción. Cuando entramos en sintonía con esta inspiración, nos pone creativamente a su servicio, en nuestro día a día. Y también, puede exigir mucho de nosotros.

         * Sin el daño y el sufrimiento de los fracasos, algo nos hubiera permanecido oculto. El daño y la culpa nos traen entonces una curación para el futuro. El amor a todo, implica también asentir a nuestra culpa.

         * El Movimiento del Espíritu nos frena cuando hemos corrido muy rápido y pasamos por encima de la meta. Así, nos reorienta, regresamos y cambiamos de dirección. El Movimiento del Espíritu nunca pierde la sintonía con nosotros. En sintonía con él nos movemos suavemente, sin chocar con nada y si chocamos sólo es como apoyo para un movimiento hacia delante, en una nueva dirección…suavemente. A veces, somos nosotros los que intentamos frenarlo, por miedo y hemos perdido la confianza. Pero su movimiento es un movimiento de amor fuerte. Por tanto, confiar en ellos nos calma y cuanto más lejos nos lleva, más serenos y seguros nos sentiremos. ¡Un amor sabio y sin frenos!, donde nos percibimos cada vez más plenos.

         * BUENO es todo aquello que sirve a la vida y al amor. Con benevolencia, quiere algo bueno y hace algo bueno, nos hace bien a nosotros y a otros.

         * Lo MALO nos impulsa a ser mejores y a transformar algo malo en algo bueno. De esta manera, la malo está al servicio de lo bueno. Lo malo nos prohíbe permanecer en lo bueno logrado, nos exige y nos desafía para el próximo acto bueno. ¡Cuando acaba lo malo, también acaba lo bueno!. ¿Acaso no juegan los buenos para los malos el mismo papel que los malos para los buenos?.  ¡Cuando se hace oscuro, brillan las estrellas!.

         * En la realidad espiritual, no hay valoración de bueno o malo. El mismo Espíritu nos mueve de una manera (mala) o de otra manera (buena).

         * Estamos despreocupados cuando estamos en sintonía con los movimientos del Espíritu, ya que todo lo que hagamos estando en sintonía con ellos, se logra. Para qué preocuparnos entonces por saber hasta dónde vamos a llegar, puesto que no depende de nosotros ni de nuestros planes, ni de cómo movernos hacia él, ni en qué dirección. Somos atrapados por un movimiento, sin estar preparados para él.

         * CUANDO NOS EXPERIMENTAMOS ESPIRITUALES TANTO EN UN MOVIMIENTO COMO EN OTRO, LOS OPUESTOS SE JUNTAN EN NOSOTROS. Nos sentimos con amor hacia cualquiera y hacia nosotros, sean cuales sean nuestros destinos. Ésta es la “disciplina del amor”.

         ¿Puede una vida ser más “espiritual” o “valiosa” que otra?. Ambos, han sido pensados por algo mayor. Por tanto, aquí los “opuestos” desaparecen y así, ninguna vida es mejor o está por encima de otra…. Y por tanto, ninguna vida que está ubicada en su sitio es mala o está mal.

         La buena ubicación tiene como consecuencia dejar de dañar otras vidas, mirando sólo para el beneficio propio o de su especie.

         * Cuando una especie se coloca por encima de otra, lo que refleja es el dolor y la frustración de no haber tomado su propio origen y no haber tomado el amor que necesitan y quieren de sus propios padres.

         Atraemos a nuestra vida las experiencias que necesitamos para “disciplinarnos” en el amor. Es decir, aprender a amar y ser amados, desde el lugar que nos corresponde.

         * En estos aprendizajes podemos tener comportamientos que dañen a otros, o haber sufrido las consecuencias del comportamiento que otros han tenido con nosotros. En estos casos, hay que mirarlo, asumirlo, reconocerlo y dentro de lo posible hacer algo bueno con ello.

         * Cuando nos orientamos en contra de otros y les deseamos algo malo, para sentir que “se hace justicia”, dejamos de ver claro, nos intranquilizamos y nos sentimos incómodos en el alma.

         ¿Cómo podemos mirar a los otros con amor?.... Mirando por encima de ellos hacia esa fuerza que les abarca, les empuja y les guía. De esta forma, les honramos y, en ellos, también honramos la fuerza que les guía. Así, también los protegemos de nuestras expectativas, exigencias, criticas, juicios y en definitiva…. de nuestra arrogancia.
         Podemos mover algo, con sólo persar en ello. Y si asentimos todo tal y como es, nos movemos hacia el "Respeto a Todo".