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- Los Órdenes de la Ayuda
- Las Adopciones
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         Desde las Nuevas Constelaciones Familiares, es necesario:

  • la aceptación incondicional de lo que hay: “Si, asiento a todo, tal y como es”.
  • vivir la vida, tal y como es, respetándola y honrándola.
  • agradecer todo lo que hay en nuestra vida (lo “bueno” y lo ”malo”).
  • “si” a la prioridad de los intereses de la especie sobre los intereses individuales.
  • honrar y agradecer a los que estuvieron antes, entregándo lo que recibimos a los nuevos.
  • Las palabras clave son: “Si”, “Por favor” y “Gracias”.

 

       Las Nuevas Constelaciones impulsan movimientos al servicio de la reconciliación. En ellas, se abandonan las “imágenes internas” que tenemos acerca de cómo deben ser las cosas y las intenciones que nos impiden ver al otro tal y como es.


       Las imágenes que nos hemos formado de las personas y de las circunstancias que nos rodean se oponen al amor y a la verdad…. son usadas para derribar al otro. Por eso, hay que crecer hacia otra percepción donde se logra contemplar al otro como bueno…. a la pareja, a la madre, al padre, al futuro, al mundo tal y como es. Y esto, provoca un cambio en la propia alma. Ir más allá, hacia una felicidad más grande, con más amor, más éxito, más alegría y más vida. Ya que las imágenes con las que percibimos de mala manera al otro, son imágenes del “yo”. Por eso, cada imagen interior que nos hemos construido acerca de cómo es el otro, evita acercarnos a él. Cuando miramos al otro con amor, esa mirada también nos transforma. Si miramos a alguien a los ojos, no podemos mantener las imágenes internas y opiniones que nos hemos construido sobre él. Quien asiente al otro tal y como es, se reconoce a sí mismo.


       Si percibo a alguien de un modo bueno, de inmediato se transforma y se convierte en más de lo que era antes, surge una realidad oculta, que va más allá de lo que observamos. El rechazo y la enemistad proviene de la moral, de las “buenas conciencias”. La moral es una mala ética, porque estamos rechazando a alguien. Toda guerra, lleva a otra guerra. Abogar por la justicia es un deseo de acabar con el otro, la justicia encubre un impulso agresivo.


       Si nos regimos por valores o principios ¿nos encontramos en el amor?. Sin embargo, si nos dejamos llevar por el movimiento del espíritu me lleva hacia adelante, a veces es algo duro, no siempre es algo benévolo, pero si nos sintonizamos con él estamos al servicio de algo más grande.


       Todo al mismo tiempo, está en conexión con nosotros, somos una unidad con todo. Somos constructores de nosotros mismos y nuestras posibilidades.
       ¡La felicidad no viene, nos está esperando si nos ponemos en movimiento!.

 

       Todo lo opuesto en el mundo, refleja los opuestos del hombre y la mujer. Si en la relación de pareja, logramos superar los opuestos, tendremos la clave para superar los opuestos en el mundo, con amor.


       La clave está en lograr superar los opuestos, es decir, todas las contradicciones entre inocente y culpable, entre justo e injusto, mejor o peor. El movimiento del espíritu es un asentimiento a todo tal y como es, “si, asiento a todo”. Por tanto, los opuestos se superan uniéndose. Por ejemplo: culpa e inocencia.


       No hay solución cuando una parte se siente mejor o más amado. Todos los conflictos cesan cuando todos al mismo tiempo se sienten impotentes, sin anhelos o deseos de que las cosas sean diferentes. De esto, surgen comprensiones nuevas que siempre van cambiando, ya que siempre estamos en movimiento.


       Los movimientos del espíritu no siguen un orden establecido, son movimientos que no se repiten. El movimiento va más allá del orden. Estos movimientos no siempre van en la dirección en la que uno desea, ni sabemos hacia donde se dirige, pero si hace crecer a la persona. Estar en sintonía con él, hace liberarnos de las preocupaciones y la vida se hace sencilla.


              ¡Cada uno es el constructor de su propia felicidad!.
              Para cada caso hay una buena solución.
              Somos creadores de nuestro ser interior.


       No se puede ayudar a quien se queja, porque no toma a la madre. Quien toma a la madre, ya no exige, ni reclama porque ya ha tomado todo. Y ella, también queda libre porque ya hizo todo. Además, quien encuentra a la madre, también encuentra al padre y él lleva a su hijo/a al mundo, el cual está a nuestro servicio. El padre sólo existe si está la madre. El padre y la madre son la imagen de Dios del ser humano.


       ¡Y ya no necesitamos nada más, todo se nos fue dado, sólo necesitamos utilizarlo!.

 

       Sólo podemos comprender aquello que respetamos, sin intención. Y esta comprensión creativa siempre se enfoca hacia “más”, algo nuevo. Si asentimos al destino tal y como es, estamos al servicio de la vida, sin preocuparnos por arreglar el mundo. Preocuparse, es no estar al servicio de la vida. La vida sigue adelante, sólo con lo nuevo avanza hacia algo “más”.

 

       Para el espíritu no existen los problemas. El alma tiene un límite, pero el espíritu no. El espíritu tiene un efecto en todo. En la familia existe un alma en común y tiene un límite que marca quien pertenece y quien “no”. Donde no hay un alma en común no hay vinculación sistémica, por eso es importante saber ¿quién pertenece a nuestra gran alma?.


       Desde este punto de vista, surge una nueva conciencia: la conciencia del espíritu. Mientras me muevo con un sentimiento de amor (movimiento de entrega a todo tal y como es), me siento completamente sereno y feliz, sé de inmediato que me toca hacer y me lleva a un hacer “bueno”. Sin embargo, en el momento que rechazo a alguien o pienso que una persona está en contra de mi, me intranquilizo y tengo mala conciencia espiritual. Reflexiono ¿a quién rechacé?, y lo pongo de inmediato en orden en mi alma. Esta es la forma de proceder con la conciencia espiritual.

 

        

Programa:
Claves de las Nuevas Constelaciones Familiares.
Imágenes que reconcilian.
El Amor Incondicional.
La Integración de los Opuestos.
Los Movimientos del Espíritu y la Conciencia del Espíritu.
Reflexiones y conclusiones finales.
Bibliografía de referencia.