Pedagogía Sistémica
La pedagogía sistémica es la aplicación de las Constelaciones Familiares al ámbito escolar y educativo. Las constelaciones nos permiten descubrir la dinámica profunda que hay detrás de un conflicto, ligado a la propia familia. Nos enseña a:
- Tomar la vida y respetar la muerte
- Asentir a la realidad tal cual es
- Ordenar el amor
- Y reestablecer la paz
Todo ello para el beneficio de las generaciones pasadas, presentes y futuras, que se refleja en lo académico y emocional dentro del contexto escolar.
OBJETIVOS:
- Crear una educación más global, contemplando tanto el nivel académico como el emocional de todos los integrantes de una escuela.
- Ampliar la conciencia a las nuevas realidades para crear armonía, evolución y paz.
- Crear un puente de unión entre las familias y la escuela que favorezca el desarrollo emocional y de aprendizaje de los alumnos.
- Dotar a los alumnos, maestros y escuela de herramientas y recursos que les permita resolver dificultades cotidianas a un nivel profundo y con resultados que se prolonguen en el tiempo.
- Aprender a observar y reconocer los “vínculos y fidelidades de amor” que se encuentra debajo de todo comportamiento.
- Ayudar a manejar emociones difíciles.
- Comprender el momento evolutivo que estamos atravesando.
- Ampliar nuestra mirada a todos aquellos aspectos que afectan de forma directa o indirecta a nuestra vida.
- Ayudarles a desarrollar todas sus potencialidades.
- Evitar desgastarse en la dirección equivocada y faciliatar el rendimiento y la satisfacción en el aprendizaje.
- Conectar, desde el corazón, con el amor incondicional.
Todos nos encontramos en un proceso de aprendizaje y desarrollo permanente. Por eso, es necesario ordenar las etapas que nos han precedido, para así transmitir una base lo más sólida y segura posible a las generaciones siguientes. Todas las metodologías son válidas, cuando despejan el desorden.
Los pasos que podemos dar para cumplir con los objetivos anteriormente mencionados, son:
- Reconciliarnos con nuestra propia historia familiar y académica.
1.1.- Incluir en nuestro corazón a las personas, etapas y contextos que han formado parte de nuestra educación y a los cuales les estamos agradecidos.
1.2.- Incluir a los excluidos, los no reconocidos y los olvidados, tanto de nuestro sistema familiar como del ámbito académico al que hemos pertenecido.
1.3.- Desarrollar “imágenes internas” que fomenten la paz y la vida, en memoria de los seres queridos.
1.4.- Tomar la vida propia y que otras personas amorosas participen de ella.
1.5.- Reconocer que: ¡es más valiosa la reconciliación!.
- Honrar y tomar a nuestra familia de origen.
2.1.- Honrar a los padres y a la familia de origen significa tomarlos tal y como son, amarlos tal y como son.
¡No hay nada más fuerte que la familia, nos hallamos vinculados a ella y sus destinos.!. ¡Somos nuestra familia!.
Las “heridas familiares” se cierran con la reconciliación.
2.2.- Tomar (no se trata de una aceptación condescendiente) significa: ¡lo tomo tal y como es!, es humilde, asiente a los padres tal y como son. Tomándolos a ellos, asentimos también a nosotros mismos, tal y como somos. El resultado es la llegada de la reconciliación y la paz, más allá de toda valoración de bien o mal.
- Asentir a la realidad tal cual es, mirando de forma amorosa, inclusiva, flexible y dirigida hacia la vida y las futuras generaciones.
3.1.- Ubicamos en nuestro lugar.
3.2.- Abandonar la pretensión de cambiar la realidad, para adecuarla a una imagen que nosotros consideramos “correcta”.
3.3.- Ampliar la mirada, para que surja un “amor que ve”, más allá de nuestros propios deseos.
3.4.- Dejar de lamentarse por lo que hay o por lo que pudo llegar a ser. Es decir, respetar el pasado, el presente y futuro.
3,5.- Respetar nuestra propia historia y la de quienes nos rodean.
- Mirar las soluciones en lugar de los problemas, con humildad y cooperación.
4.1.- Confiar en que lo esencial se da, cuando llega el momento.
4.2.- Mirar con una actitud de cooperación hacia lo que la conducta del otro nos quiere decir.
4.3.- Generar una alianza de complicidad entre padres y escuela, con una visión amplia de la realidad.
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